Buscar este blog

Al final del acantilado

Creo que la mejor forma de iniciar este espacio; que con algo que no había publicado nunca. Espero que os guste, aunque sea un relato muy  breve. 


<<         La luz entraba por entre las cortinas de un gran ventanal con vistas al mar. Dentro,una chica rubia de ojos azules no paraba de dar vueltas y vueltas alrededor de la habitación en la que pasaría esa noche. Todo estaba listo para su gran día, las sillas estaban colocadas, los invitados empezaban a llegar y en menos de media hora, se dirigiría hacia el altar situado cerca del final de aquel acantilado. Todo era perfecto; pero ella se sentía mal, extraña,millones de dudas empezaban a nublar su mente: ¿y si él no estuviera allí? ¿y si lo que sentía él por ella no era realmente amor? ¿y si todo esto de la boda se les quedaba grande?....Se echo de espaldas sobre la cama, todo había pasado tan rápido, y ella apenas tenía 21 años, en muchos aspectos le quedaba muchísimo por vivir, demasiado, dirían algunos. Pero en el momento en el que él se lo pidió,simplemente no pudo negarse. Él lo era todo, su día y su noche, su luz y su sombra, su hambre y su empacho. No imaginaba una vida en la que él no estuviera,simplemente no podía; pero eran tantas las dudas... Era verdad que conocían perfectamente todo lo uno del otro,se conocían desde pequeños.

            Volvió a mirar el reloj de la pared, parecía que se reía de ella y hacía que las manecillas girasen más despacio. Se levanto de la cama y volvió ha acercarse a la ventana; un gran clan de pelirrojos comenzaban a llegar y a ocupar sus sitios; pero él no estaba allí. Seguramente estuviera en alguna del resto de habitaciones del palacete donde se celebraba el enlace. Hacía dos días que no se veían, y para ella parecían años. Los recuerdos de la última noche que pasaron juntos volvían una y otra vez a su memoria, primero de una forma más difusa, para después centrarse en los detalles, en cada palabra, cada caricia, cada beso, cada susurro... Se levantó en dirección a la puerta para buscarle y escaparse de allí, para escapar de esa locura; pero un ruido la detuvo, una lechuza negra tocaba en la ventana. La novia se dirigió hasta la ventana y la abrió, y el ave dejó algo en sus manos para después irse. Una pequeña caja comenzó a abrirse para dejar ver un pequeño bombón de chocolate y un par de flores de almendro. Ella sólo pudo sonreír, él estaría al final de pasillo; no importaba que no pudieran tener hijos...además en estos tiempos los muggles tienen millones de formas para poder tenerlos, siempre abría alguna opción. La puerta de la habitación se abrió y apareció su padre

            -¿Lista Victoire?

         - Lista papa -Dijo ella después de comerse el bombón y colocar las flores entre el recogido que tenía - Lista - repitió las palabras con seguridad.   >>




No hay comentarios:

Publicar un comentario