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Otro cumpleaños más

Mucho hacía que no me pasaba por aquí, tanto como hace casi dos años. Lo cierto es que en muchos aspectos lo he añorado, tanto como para volver a escribir. El texto de hoy es algo que subí a Twitter el dos de mayo, algo que cada año he ido haciendo. Asique, así os dejo todos los post en un mismo texto. Espero que os guste. 




La mañana había amanecido como todas las anteriores, pero no quería levantarme. Nunca lo había querido hacer el día de mi cumpleaños, y eso no cambiaría por muchos años que pasasen. Tuve que arrastrarme para poder salir de la cama y llegar hasta la cocina, teniendo que prepararme el desayuno con una mezcla de sueño, apatía malestar en el estómago que no permitió que me tomase más de media taza de té. La pequeña bolsa de papel que había sobre la encimera me observaba. Me miraba esperando a que llegase su momento, un momento que ya no podía rechazar más el instante que definía ese día. Un pantalón negro y una chaqueta del mismo color fue lo único que se veía de mi ropa cuando comencé a dar vueltas en medio del salón para acabar apareciéndome a las afueras de un pequeño pueblo y un tanto lejos del recinto al que me dirigía. El camino lo hice sola, en silencio, pensando y pensando en todo lo que sucedió años atrás, haciendo un resumen de otra de las personas que habían pasado aquellas horribles horas en Hogwarts.
Para cuando llegué a la puerta del cementerio, las gafas de sol ya sólo cubría lía ojos rojos de los que no paraban de brotar lágrimas y más lágrimas. Camine entre las lapidas que se sucedian hasta que llegue al borde de un pequeño bosquete, sin que por ello dejase de caminar, queriendo llegar hasta el centro del mismo, delante de una única esquela. En ella sólo había una pequeña inscripción: "Remus y Tonks Lupin". La primera vez que vine hasta aquí mi padre me contó que realmente Tonks era el apellido de la madre de Teddy, pero que a fuerza de que no quería que la llamasen por su nombre, acabó siendo únicamente Tonks. Algunos años hablaba con ellos hasta que me quedaba sin voz, otros llegaba y me iba sin casi acercarme lo suficiente como para leer las letras. Este año, sin saber que decir sólo me senté y saqué lo que había en la pequeña bolsa de papel que llevaba desde que me desaparecí: una tableta de chocolate para Remus y unos bombones de colores chillones para Tonks. No había flores, no había ruido si quiera. No. Este día, el dos de mayo, es un día en el que siempre era mejor callar y sólo dejar pasar. Un día en el que nadie pensaba para si, sólo en aquellos que había dejado tras de si, en aquellos que había luchado por algo mejor y por los que gracias a su esfuerzo yo podía estar allí llorando. Porque sí, estaba orgullosa de mi nombre, pero también sabía que aquel no era un día sólo feliz. Sabía perfectamente que tanto mi abuela como George habrían pasado toda la noche llorando, que Teddy y Andromeda no habrían pegado ojo, que mi padre tendría un humor un poco cambiante que sólo mi madre podría apaciguar, que mi tío Harry habría vuelto al bosque prohibido intentando encontrarse de nuevo con aquellos que estuvieron a su lado cuando luchaba contra Voldemort. No... No era un día de celebración, era un día para recordar más que de celebrar. Este año sólo lloré, lloré por impotencia, por no poder evitarlo, por todos los que podría haber conocido y los que no. No, no cambiaría e. Absoluto lo que pasó, eso era algo que ya tenía más que claro, pero de vez en cuando alguien tenía que hacer por quienes murieron, y este año. Este año lo hacía yo.


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